HABLEMOS DE IDENTIDAD
Por: Isabel Franco
De acuerdo al diccionario la palabra identidad tiene las siguientes acepciones o significado:
1) Cualidad de idéntico.
2) Carácter de lo que es perfecto o confundido.
3) Cualidad que se verifica cualquiera sean los valores de los parámetros denotadas por el signo igual (=).
4) Conjunto de elementos que permiten establecer, sin confusión posible que un individuo es aquel que dice ser o presume que es.
1) Cualidad de idéntico.
2) Carácter de lo que es perfecto o confundido.
3) Cualidad que se verifica cualquiera sean los valores de los parámetros denotadas por el signo igual (=).
4) Conjunto de elementos que permiten establecer, sin confusión posible que un individuo es aquel que dice ser o presume que es.
Inicio esta reflexión con la definición de identidad porque mirando a mi alrededor me doy cuenta que muchas de nuestras instituciones no promueven los valores y principios que son propios de las mismas, y su empleados y miembros no se identifican con la razón social, la misión y los valores de la creación de dicho organismo.
La identidad como tal es representada por símbolos, doctrinas, reglas, estatutos que permiten al que observa conocer las características propias del objeto, llámese país, institución, empresa, partido político o individuo.
Es así como nuestra nación utiliza como símbolos patrios la bandera nacional, el himno nacional y los dominicanos asumen una conducta propia de sus orígenes que constituye su idiosincrasia y cultura.
Los partidos políticos tienen su propia identidad, su símbolo, doctrina, reglas que lo definen como tal y que interpreta el pensamiento de sus fundadores.
Mi pregunta es: ¿responden los miembros de los partidos a los lineamientos y principios de dicho partido?
¿Están los partidos políticos educando a sus miembros para que sean conocedores y hacedores de su doctrina?
Recordemos al profesor Juan Bosch que predicó y practicó su doctrina sembrando una semilla en el corazón de los miembros de su organización, es por ello que aun en nuestro tiempo podemos ver los frutos de esa semilla en algunos de sus seguidores. Otros fueron contaminados y olvidaron lo que otros les fueron enseñados y otros nunca llegaron a alcanzar esa identidad.
Enseñar es un trabajo que requiere de mucho esfuerzo, es difícil por no decir imposible enseñar lo que no se ha aprendido.
Jesús el maestro de los maestros enseñó a sus discípulos, los llamó, capacitó y luego los envió, plasmó en ellos el sello de su identidad, de manera que a los primeros cristianos se les llamó así porque se parecían a su maestro; hablaban y actuaban como Él.
En estos tiempos tan difíciles necesitamos recobrar nuestra identidad como nación. Necesitamos que nuestras instituciones sean fortalecidas y que todos los que laboren en ellas sean reconocidos por promover los valores que las acreditan.
Necesitamos que los partidos políticos eduquen a sus miembros que no solamente se preocupen por conseguir los votos, que piensen que de ellos serán los que ocuparán posiciones de dirección en nuestra nación, los futuros presidentes, secretarios de estado, senadores, diputados; ¿en manos de quién entregaremos nuestra nación?
Señores políticos, su misión debe ser tan grande como su visión, educar debe ser su lema a fin de que cada uno sus adeptos logre su propia identidad y represente dignamente a su partido.
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