Ginebra, 25 nov (EFE).- La alta comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Navi Pillay, abogó hoy por no incluir en los procesos de amnistía las vejaciones y la violencia contra las mujeres. En conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra hoy, Pillay emitió un comunicado en el que se muestra en contra del perdón y el olvido de las vejaciones contra las féminas.
"La violación es un delito que debe ser castigado y verse que se castiga, si queremos parar el ciclo de la violencia sexual. No es un tema que puede dejarse de lado, ni tan siquiera durante unas negociaciones de paz o cuando el conflicto ha acabado", reza el texto.
La alta comisionada recuerda que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha reconocido que las violaciones y otros tipos de violencia sexual son un crimen de guerra e, incluso, un acto de genocidio.
"El Consejo de Seguridad ha señalado la necesidad de excluir los crímenes sexuales de las amnistías, ha llamado a los Estados a perseguirlos y ha destacado el importante rol de las mujeres en la prevención y resolución de conflictos", agrega.
Pillay expone el caso de la República Democrática del Congo, "donde cientos de miles de mujeres han sido violadas, maltratadas, esclavizadas o asesinadas durante la pasada década y casi nadie ha sido castigado".
Por otra parte, la relatora especial de las Naciones Unidas para la Violencia contra las Mujeres, Yakin Ertürk, denunció hoy la situación de las iraquíes, "cuyos derechos son violados en todas las áreas, mientras el mundo lo mira desde lejos".
"La violencia contra las mujeres iraquíes la cometen diversos actores: los insurgentes, los milicianos, los extremistas islámicos, los policías y los propios miembros de la familia", lamentó.
Ertürk recordó que las mujeres iraquíes son víctimas de violaciones, tráfico sexual, matrimonios forzados y asesinatos, además de que muchas de ellas son obligadas a prostituirse.
"Para escapar del círculo de la violencia, muchas mujeres se suicidan enviando un claro mensaje de desesperación a la sociedad", indicó.
Según la relatora, eso se debe a la impunidad de la que disfrutan los hombres, que pocas veces son juzgados y, si lo son, los cargos son mínimos porque se basan en el laxo Código Penal iraquí.
Añadió que, "como resultado, la mayoría de las mujeres y las niñas no osan denunciar los ataques sexuales por miedo a ser ellas las castigadas o, incluso, asesinadas por sus propias familias".
"Urjo al Gobierno iraquí y a la comunidad internacional a prevenir que las mujeres y las niñas sean los objetivos de las violencia y las víctimas invisibles del conflicto en Irak", concluyó la relatora.
"La violación es un delito que debe ser castigado y verse que se castiga, si queremos parar el ciclo de la violencia sexual. No es un tema que puede dejarse de lado, ni tan siquiera durante unas negociaciones de paz o cuando el conflicto ha acabado", reza el texto.
La alta comisionada recuerda que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha reconocido que las violaciones y otros tipos de violencia sexual son un crimen de guerra e, incluso, un acto de genocidio.
"El Consejo de Seguridad ha señalado la necesidad de excluir los crímenes sexuales de las amnistías, ha llamado a los Estados a perseguirlos y ha destacado el importante rol de las mujeres en la prevención y resolución de conflictos", agrega.
Pillay expone el caso de la República Democrática del Congo, "donde cientos de miles de mujeres han sido violadas, maltratadas, esclavizadas o asesinadas durante la pasada década y casi nadie ha sido castigado".
Por otra parte, la relatora especial de las Naciones Unidas para la Violencia contra las Mujeres, Yakin Ertürk, denunció hoy la situación de las iraquíes, "cuyos derechos son violados en todas las áreas, mientras el mundo lo mira desde lejos".
"La violencia contra las mujeres iraquíes la cometen diversos actores: los insurgentes, los milicianos, los extremistas islámicos, los policías y los propios miembros de la familia", lamentó.
Ertürk recordó que las mujeres iraquíes son víctimas de violaciones, tráfico sexual, matrimonios forzados y asesinatos, además de que muchas de ellas son obligadas a prostituirse.
"Para escapar del círculo de la violencia, muchas mujeres se suicidan enviando un claro mensaje de desesperación a la sociedad", indicó.
Según la relatora, eso se debe a la impunidad de la que disfrutan los hombres, que pocas veces son juzgados y, si lo son, los cargos son mínimos porque se basan en el laxo Código Penal iraquí.
Añadió que, "como resultado, la mayoría de las mujeres y las niñas no osan denunciar los ataques sexuales por miedo a ser ellas las castigadas o, incluso, asesinadas por sus propias familias".
"Urjo al Gobierno iraquí y a la comunidad internacional a prevenir que las mujeres y las niñas sean los objetivos de las violencia y las víctimas invisibles del conflicto en Irak", concluyó la relatora.
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