jueves, 27 de mayo de 2010

MATEMÁTICAS CONGRESUALES

SANTO DOMINGO, D. N.- Siempre se ha dicho que las matemáticas electorales no son una ciencia exacta. Ello así porque, a diferencia de las matemáticas puras, en las electorales entran una serie de variables humanas que le restan exactitud.

Por ejemplo: no todos los diputados valen igual si se toma como referencia el número de electores necesarios para elegirlos.

Para ello, he utilizado los datos del padrón electoral de estas elecciones recién pasadas.

Un diputado en el Distrito Nacional necesita 44,237 electores, mientras que uno en Pedernales se obtiene por 8,647 votantes.

Esos son los extremos, pero el número varía en cada provincia: para sacar un diputado en la provincia Santo Domingo se necesitan 34,104 votantes, pero en Santiago sale más caro pues se requieren 38,117. Un diputado en San Cristóbal con 30,633, sale más barato que en La Vega donde se requieren 35,082 y la provincia Duarte es más cara aún, con 37,211 votantes por diputado.

Sin embargo, en las provincias fronterizas, por una política del dictador Trujillo que otorgó un representación no menor de dos diputados sin importar la población, se obtiene un diputado por menos de 20,000 votos y hasta por 8,647, como es el caso de Pedernales.

Es evidente que se impone una mejor matemática. Que los diputados valgan más o menos lo mismo, aunque para ello haya que fundir para fines electorales solamente las provincias con menos de 100,000 habitantes. Así saldría más barato.

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