Los indicios señalan que el doble discurso tiene plena vigencia…
Escribe ROBERTO MOLINA
Una buena parte de la dirigencia del cooperativismo de servicios públicos de Argentina, se está preguntando en estos días si realmente el país va a tener este año la tantas veces anunciada nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, pomposo nombre con el cual el matrimonio gobernante pretende marcar diferencias y poner su sello a una nueva Ley de Radiodifusión.
El interrogante que se formula la dirigencia del cooperativismo tiene sus valederos fundamentos, ya que los datos de la realidad están dando señales “no positivas” con respecto a la aprobación de este proyecto por parte del Congreso Nacional, por lo menos en lo que resta del corriente año.
A partir de cuando el proyecto oficial fue lanzado, con bombos y platillos, esto fue el 18 de mayo último, desde la ciudad de La Plata, se dijo que se abría un proceso de 60 días de consultas en todo el país, para que los distintos sectores de la ciudadanía puedan opinar libremente sobre el tema.
Pero ya transcurrieron más de 120 días y las consultas se prolongan indefinidamente en el tiempo... ¿Será otra manera de patear la pelota para adelante? Lo cierto es que los días pasan y no existe ningún indicio de que el gobierno esté por enviar el proyecto al Congreso Nacional. Palabras hay muchas, si, pero hechos concretos, ninguno.
En la agenda de temas que el gobierno y la oposición han armado para debatir en el corriente año, no está incluido el punto de la Radiodifusión. Mientras tanto, el matrimonio Kirchner, que tanto critica a los grandes medios de difusión, les otorgó a varios de ellos beneficios fiscales para que puedan hacer frente a sus dificultades económicas.
Y Néstor Kirchner ha dejado de preguntarle al diario Clarín si está nervioso… Es evidente que le ha calmado los nervios, otorgándole el 13 de julio último -- mediante la Resolución 146, de la Secretaría de Comunicaciones de la Nación, publicada en el Boletín Oficial -- la autorización y la numeración correspondiente, para que comience a operar con el servicio de Triple Play (televisión, telefonía e Internet), el mismo servicio que se le impide prestar a las cooperativas.
Este gesto de buena voluntad del matrimonio presidencial para con el Grupo Clarín, está indicando con toda claridad que un principio de acuerdo hubo, del cual no será fácil enterarse. Pero los hechos que se adviertan de ahora en más, lo irán confirmando plenamente.
Este gesto de buena voluntad del matrimonio presidencial para con el Grupo Clarín, está indicando con toda claridad que un principio de acuerdo hubo, del cual no será fácil enterarse. Pero los hechos que se adviertan de ahora en más, lo irán confirmando plenamente.
Y desde el año pasado se viene expresando en esta columna que el cooperativismo debía encender una vela y rogar que el gobierno no se arregle con Clarín, como una manera de que el cooperativismo pueda acceder a servicios de radiodifusión. Esto y que las cooperativas ingresen en un sendero de tinieblas, es prácticamente lo mismo…
Lo cierto, lo concreto, es que esta Resolución 146 de la SECOM choca ruidosamente con el sentido antimonopólico con el que el gobierno ha impregnado a este proyecto de nueva Ley de Radiodifusión. Esto no es otra cosa que una confirmación más del tradicional doble discurso que ha caracterizado a este gobierno.
Es muy probable, entonces, que las cooperativas tengan que seguir esperando – tal vez, hasta el año próximo – que las circunstancias cambien y soplen vientos favorables para que puedan incursionar en servicios de radiodifusión.
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