Por Víctor Cruz
La sociedad actual que padecemos representa un capitalismo dependiente, que por medio de la evolución podrá experimentar un cambio de forma, pero no cambiará el fondo, por eso es necesario que el pueblo organizado sirva como fermento y vanguardia, en los cambios profundos de las actuales estructuras y trabajando en la construcción de una Nueva Sociedad.
El contenido REVOLUCIONARIO debe ser permanente y profundo, demostrando nuestras aspiraciones de cambios, sin comprometernos con otra clase que no sea que la produce bienes y servicios ósea la clase trabajadora del campo y la ciudad. Será un cambio pensado, dirigido y controlado por el Pueblo Organizado.
El Proyecto de Unidad Nacional no se detiene en las reivindicaciones, sino que interpreta las necesidades políticas, sociales, culturales, económicas y morales de todo el pueblo, y crea las condiciones subjetivas en la toma de conciencia.
La REVOLUCIÓN que necesitamos está enmarcada dentro de un Nuevo Orden Internacional, que debe ser solidario, progresista, donde el trabajo sea el factor determinante, y la clase trabajadora actora, con poder participativo y de decisión.
En nuestro país estamos viviendo un proceso que amerita cambios profundos, intensos y externos. El PUN está con las fuerzas populares que quieren esos cambios reales, para darle el fermento constructivo del pensamiento, acción mística y presencia de una autentica clase trabajadora.
No podrá darse ningún proceso revolucionario, si no hay un poder autónomo de los trabajadores del campo y la ciudad. Por eso el PUN rechaza los simples “cambios”, que tratan de modernizar y adecuar las estructuras del sistema capitalista, pretendiendo integrar a la clase trabajadora a una sociedad de consumo, pero que nunca pretenden sustituir el sistema de producción.
La revolución, no es simplemente un cambio de gobierno o de estructuras sino de régimen y SISTEMA. Nuestro país ha tenido muchos cambios de gobiernos, pero continúa el mismo SISTEMA.
El Proyecto de Unidad Nacional, exige una disciplina de clase por encima de cualquier otro interés sectario o de grupismo. Es una decisión y aceptación solidaria para el cumplimiento de los acuerdos y resoluciones provenientes de la clase trabajadora, es el ejercicio de la responsabilidad y la democracia.
Este tipo de proyecto debe tener una dinámica permanente, un espíritu constructivo, los mecanismos adecuados para evaluar las metas y sus resultados, para hacer los ajustes y correctivos necesarios. También actuar en medio de la diversidad, pluralidad de fuerzas y poderes, que se mueven en la realidad nacional, sin desviarse de su perspectiva histórica y de su trascendencia a favor de las grandes mayorías del pueblo.
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