MONDRAGRON, ESPAÑA.- Eroski es el grupo cooperativo más importante de Mondragón, en el País Vasco, España, ya que en la actualidad está conformado por 2.300 establecimientos, cuenta con más de 50.000 empleados y una facturación que gira en torno de los 9.000 millones de euros. Fue creado en 1969 por 9 pequeñas cooperativas, que en ese momento sumaban menos de un centenar de personas y no más de 9.000 consumidores.
La celebración de sus 40 años de existencia, sorprende al grupo en un momento poco favorable, ya que coincide en el tiempo con la mayor recesión de la historia, que ha sacudido – y todavía no han sido superado sus efectos -- con una virulencia inusitada a todos los sectores económicos. El de la distribución es uno de los más golpeados y Eroski también la está sufriendo con toda su crudeza. Pero la crisis tiene que ver poco con los orígenes del segundo grupo español de distribución comercial que, según un informe internacional recientemente conocido, ocupa el puesto 76 del ranking mundial de su actividad, 14 posiciones por delante que hace un año.
A través de los años, Eroski fue creciendo en número de tiendas y en la década de los 70 puso en marcha la figura de la franquicia Erosle. Una fórmula que permitía que cualquier comerciante particular se asociara a la cooperativa para desarrollar su actividad sin que ésta fuera propietaria de la red. Fruto de ese afán por crecer, Eroski contaba en 1980 con 45 supermercados en el País Vasco y Navarra, con 744 socios cooperativistas, más de 101.000 socios consumidores y unas ventas superiores a los 7.000 millones de pesetas.
Ese mismo ejercicio, el grupo con sede en Elorrio -- que dedica el 10% de sus excedentes a actividades sociales, ayuda a la comunidad y al consumidor -- dio un paso que definió su filosofía: su asamblea general aprobó el primer consejo rector de la compañía -- equivalente al consejo de administración -- con una composición paritaria de seis miembros en representación de los consumidores y otros seis de los trabajadores.
Tan sólo un año después, en 1981, inauguró sus primer hipermercado en Vitoria. Ese novedoso formato, que con el tiempo se ha convertido en una de sus grandes referencias -a día de hoy cuenta con unos 100 'híper' a lo largo de toda la geografía española-, supuso toda una revolución al introducir una nueva cultura de compra: aparcamiento gratuito, horario continuado de la mañana a la noche y la posibilidad de disponer de artículos de alimentación y no alimentación bajo un mismo techo.
Hasta entonces, Eroski había centrado su negocio en el País Vasco y Navarra. Pero la llegada de grandes multinacionales le llevó a ampliar su mercado e iniciar una fase de expansión. Bajo ese esquema, en 1990 creó el grupo Eroski. Antonio Cancelo asumió entonces su presidencia, mientras que el actual presidente, Constan Dacosta, fue nombrado director general.
Tras abrir en 1991 en Ciudad Real su primer establecimiento fuera de Euskadi, la cooperativa optó por reforzar esa estrategia de crecimiento. Se alió con diferentes empresas de supermercados de Galicia (Vegonsa), Madrid (Supera) y Baleares (Mercat) para unificar sus establecimientos bajo una misma marca.
Ya en el ámbito internacional, Eroski impulsó en 2002 una alianza, denominada Alidis, con el grupo francés Intermarché, a la que posteriormente se sumó el alemán Edeka. El objetivo era coordinar sus compras internacionales y desarrollar acciones comerciales conjuntas.
En suma, los acuerdos y alianzas se han configurado como una de las patas del crecimiento de este grupo cooperativos vasco, que también se ha volcado en el crecimiento propio, tanto a través de nuevas aperturas, como de compras de redes de tiendas y supermercados.
Pero una parte sustancial de su historia se ha escrito recientemente. En concreto durante los dos últimos años. En 2007 Eroski compró Caprabo por más de 1.100 millones de euros. La integración de los 500 establecimientos y los 15.000 trabajadores que conformaban ese grupo le permitió dar un paso de gigante. No sólo por su mayor dimensión, sino también por lograr incrementar muy notablemente su presencia en comunidades tan estratégicas como Madrid y Cataluña.
La crisis económica y sus nefastas consecuencias ha provocado que esa ilusionante operación se haya convertido, al menos inicialmente, en una pesada carga. Eroski -- que cerró 2008 con pérdidas consolidadas de 97 millones de euros y de 51 milanos en el primer semestre de 2009 -- ha tenido que hacer frente a serias dificultades financieras derivadas del elevadimismo endeudamiento provocado por la adquisición de Caprabo.
La recesión se ha traducido en una notable caída del negocio y en la imposibilidad de vender hipermercados para destinar los fondos a amortizar deuda. Algo que ha complicado sobremanera la existencia al grupo de distribución, que el pasado diciembre logró un respiro tras acordar la renegociación de su deuda con un crédito sindicado de 1.705 millones de euros.
El último gran proyecto en el que está inmerso es, tal vez, el más importante que ha afrontado en toda su historia. Se trata del plan de cooperativización aprobado en 2008, gracias al que aspira a convertirse en la mayor cooperativa del mundo. Para ello, aspira a conseguir que sus cerca de 40.000 empleados por cuenta ajena se transformen en socios de la compañía. La apuesta resulta muy ambiciosa. Sobre todo, si se tiene en cuenta que actualmente sólo unos 9.000 trabajadores son propietarios. La nueva carrera ya ha empezado.
Informacion tomada: www.prensacooperativa.com
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