Por Víctor Cruz
El anuncio a la nación de un acuerdo político entre el presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna y el ex-candidato presidencial perredeista ingeniero Miguel Vargas recoge un conjunto de temas políticos e institucionales, especialmente en cuanto a la Reforma Constitucional, para facilitar el conocimiento de varios artículos de esta y la aprobación sin ninguna incidencia por parte de los asambleístas que puedan impedir lo acordado.
El objetivo de esta opinión es tocar el aspecto partidario, por la incidencia de dicho acuerdo a lo interno de los tres partidos mayoritarios de República Dominicana y el PLD puede significar un aliciente en los posibles aspirantes a la presidencia en las elecciones del 2012, atendiendo a que el presidente Fernández quede impedido de optar por una reelección presidencial por segunda vez consecutiva.
En el Partido Reformista Social Cristiano debe ser de alta preocupación para sus dirigentes negociadores toda vez que un acuerdo de este tipo deja a este partido sin preponderancia frente al partido de gobierno, respecto a los acuerdos, y en cuanto a la Reforma Constitucional que está en discusión. No obstante le queda el espacio para negociar cargos electivos en las elecciones de medio tiempo a celebrarse en el 2010.
El problema mayor lo tiene el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), por que estando en un proceso interno de elección dirigencial un aspirante a la presidencia de ese partido firma un acuerdo con el gobierno de turno para asegurar un respiro al presidente de la República en el nivel de confrontación en la Asamblea Revisora con asambleístas de las diferentes fuerzas representadas y la división a lo interno del perredeismo. Leonel Fernández sigue demostrando disposición y amplitud de criterios para negociar cosas con quien mejor le convenga sin importar el qué dirán; pero Miguel Vargas no tiene en la actualidad la urgencia de hacer un pacto político con el gobierno, cuando hay pendiente un evento interno en el PRD para renovar su dirigencia. Sin embargo, el acuerdo anunciado contradice esa lógica de la actividad política.
En caso de validar ese acuerdo la dirección del Partido Blanco queda relegada a un segundo plano, sustituída en conjunto por el aspirante a presidir esa organización a partir de la convención anunciada para el 14 de junio del 2009.
Si miguel Vargas no cuenta con el apoyo del presidente del PRD para este acuerdo y resulta que Hipólito Mejía lo apoya, significa una anulación de la institucionalidad de ese partido. Estamos entonces frente a lo que puede ser un golpe de mano contra el presidente y la Comisión política del Partido Blanco colocando a esta fuerza política al borde de una división orgánica.
Es posible que todo esto sea calculado por un grupo que tiene incidencia determinante en las altas instancias políticas y económicas del país, entre los que de seguro se encuentra el ex-presidente y jefe político perredeista Hipólito Mejía, lo que impusieron el acuerdo por arriba de la voluntad de la dirigencia del PRD, en virtud de que en las reuniones con el PRSC se trataron temas de la nueva constitución en los que no hubo acuerdo como es el caso de eliminar el jus sanguinis como única base constitucional para obtener la nacionalidad dominicana.
Sin importar el alcance de lo acordado con el ex-candidato presidencial del PRD, ese partido seguirá cargando pesado los errores de sus altos dirigentes (los perredeistas no se reponen de tres derrotas electorales consecutivas 2004/2006/2008 estando unidos) ¿Qué podrá esperarle si esta jugada de Hipólito Mejía y Miguel Vargas provoca una fisura mayor que la yá existente en el PRD.
En estas circunstancias quedará afectada la cohesión interna de ese partido, neutralizado el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y perdiendo importancia los grupos y partidos minoritarios aliados del PLD y del PRD, estos nuevos elementos sin lugar a dudas cambian significativamente el panorama Político Nacional.
El objetivo de esta opinión es tocar el aspecto partidario, por la incidencia de dicho acuerdo a lo interno de los tres partidos mayoritarios de República Dominicana y el PLD puede significar un aliciente en los posibles aspirantes a la presidencia en las elecciones del 2012, atendiendo a que el presidente Fernández quede impedido de optar por una reelección presidencial por segunda vez consecutiva.
En el Partido Reformista Social Cristiano debe ser de alta preocupación para sus dirigentes negociadores toda vez que un acuerdo de este tipo deja a este partido sin preponderancia frente al partido de gobierno, respecto a los acuerdos, y en cuanto a la Reforma Constitucional que está en discusión. No obstante le queda el espacio para negociar cargos electivos en las elecciones de medio tiempo a celebrarse en el 2010.
El problema mayor lo tiene el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), por que estando en un proceso interno de elección dirigencial un aspirante a la presidencia de ese partido firma un acuerdo con el gobierno de turno para asegurar un respiro al presidente de la República en el nivel de confrontación en la Asamblea Revisora con asambleístas de las diferentes fuerzas representadas y la división a lo interno del perredeismo. Leonel Fernández sigue demostrando disposición y amplitud de criterios para negociar cosas con quien mejor le convenga sin importar el qué dirán; pero Miguel Vargas no tiene en la actualidad la urgencia de hacer un pacto político con el gobierno, cuando hay pendiente un evento interno en el PRD para renovar su dirigencia. Sin embargo, el acuerdo anunciado contradice esa lógica de la actividad política.
En caso de validar ese acuerdo la dirección del Partido Blanco queda relegada a un segundo plano, sustituída en conjunto por el aspirante a presidir esa organización a partir de la convención anunciada para el 14 de junio del 2009.
Si miguel Vargas no cuenta con el apoyo del presidente del PRD para este acuerdo y resulta que Hipólito Mejía lo apoya, significa una anulación de la institucionalidad de ese partido. Estamos entonces frente a lo que puede ser un golpe de mano contra el presidente y la Comisión política del Partido Blanco colocando a esta fuerza política al borde de una división orgánica.
Es posible que todo esto sea calculado por un grupo que tiene incidencia determinante en las altas instancias políticas y económicas del país, entre los que de seguro se encuentra el ex-presidente y jefe político perredeista Hipólito Mejía, lo que impusieron el acuerdo por arriba de la voluntad de la dirigencia del PRD, en virtud de que en las reuniones con el PRSC se trataron temas de la nueva constitución en los que no hubo acuerdo como es el caso de eliminar el jus sanguinis como única base constitucional para obtener la nacionalidad dominicana.
Sin importar el alcance de lo acordado con el ex-candidato presidencial del PRD, ese partido seguirá cargando pesado los errores de sus altos dirigentes (los perredeistas no se reponen de tres derrotas electorales consecutivas 2004/2006/2008 estando unidos) ¿Qué podrá esperarle si esta jugada de Hipólito Mejía y Miguel Vargas provoca una fisura mayor que la yá existente en el PRD.
En estas circunstancias quedará afectada la cohesión interna de ese partido, neutralizado el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y perdiendo importancia los grupos y partidos minoritarios aliados del PLD y del PRD, estos nuevos elementos sin lugar a dudas cambian significativamente el panorama Político Nacional.
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