martes, 26 de mayo de 2009

ANALFABETISMO BÍBLICO

Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios
(Mateo 22:29)

Por Víctor Cruz

Los saduceos eran un partido eclesiástico que luchaban por los intereses del pueblo por medio políticos y favorecía la asimilación de la cultura del Imperio Romano. Rechazaban las esperanzas mesiánicas y ridiculizaban y cuestionaban la doctrina de la resurrección. Pretendían conocer profundamente las Escrituras pero revelaba sorprendente ignorancia de los planes de Dios revelados en su Palabra. A pesar de ser presumidamente sabios, tenían una información incompleta acerca de la resurrección y el “poder de Dios”. Dirigiéndose a estos opositores, Jesús les dijo: “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios”.

Las ideas erróneas que los saduceos defendían, tenían sus raíces en la ignorancia de las Escrituras. Pero, ¿Qué diría el señor con respecto al conocimiento de la Biblia en nuestros días? Vemos hoy un cristianismo sin creencia en Dios, sin la influencia normativa de la Biblia, carente de la experiencia religiosa y destituída de hombres transformados.

Uno de los escándalos que hoy estremecen los fundamentos de las iglesias históricas es el analfabetismo bíblico, el desconocimiento de las escrituras.

Cierta vez se realizó una experiencia entre los miembros de un grupo religioso para comprobar ese escándalo. Se entregó un cuestionario a 43 personas, todas ellas miembros activos de una comunidad cristiana. Las preguntas eran simples. Por ejemplo: ¿Cuántos libros hay en la Biblia? ¿Cuál era nacionalidad de Cristo? ¿Cuál es el primer libro de la Biblia?

Los resultados fueron decepciones. De las 43 personas examinadas, solamente dos respondieron correctamente todas las preguntas. De las 41 restantes, ocho no supieron decir cuál era la nacionalidad de Cristo. Dieciocho afirmaron que la parábola del hijo pródigo se encontraba en el Antiguo Testamento. Trece no sabían cuántos son los Evangelios. Diecisiete fueron incapaces de mencionar el nombre de un rey de Israel. Once no supieron escribir el nombre de un solo discípulo de Jesús. Ocho declararon que la conversión de Pablo ocurrió antes de la resurrección de Cristo. Y cuatro no pudieron identificar el primer libro de la Biblia.

¿Qué podemos esperar de un cristianismo cuyos adeptos desconocen el mensaje contenido en su Libro sagrado?

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