Cuando el filisteo miro y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, rubio y de hermoso parecer (1 Samuel 17:42)
Por Víctor Cruz
Ante el comportamiento contestatario, iracundo e irresponsable que caracteriza a la nueva generación, oímos la lamentación nostálgica: “Antes, cuando yo era joven, no era así”.
Y como los religiosos, educadores, sociólogos y magistrados emplean siempre el adverbio hoy para deplorar esta rebelión de la juventud, vale la pena transcribir algunas frases que revelen la antigüedad del conflicto generacional.
Se dice que el más antiguo manuscrito del mundo es un pedazo de papiro que se encuentra en el Museo de Constantinopla, en el que está escribió: “¡Oh! Los tiempos no son como debían. Los jóvenes ya no obedecen a los padres, y todos desean escribir un libro”.
Un sacerdote egipcio que vivió 2,000 años antes de Cristo, declaró perplejo: “Nuestra época atraviesa una de las fases mas criticas. Los jóvenes ya no escuchan a sus padres. ¡El fin del mundo no debe estar lejos!”
Pero, a pesar de ese milenario desencanto de los más ancianos con relación a los jóvenes la historia de la iglesia les acredita extraordinarios hechos y memorables realizaciones.
Algunos entre nosotros contemplan a los jóvenes en forma poco amigable y hasta hostil, negándoles la capacidad de realizar algo constructivo y digno de aprecio. Esa fue la actitud de Saúl que, en sus días, trato de disuadir al joven David de su propósito de luchar contra Goliat cuando le dijo: “No podrás tu ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho” (1 Samuel 17:33). El poderoso gigante filisteo que con sarcasmo y afrentas desafió a los ejércitos de Israel, “vio a David y lo tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer”. Su actitud desdeñosa le costó la vida.
Que Dios nos guarde de la tentación de subestimar las ideas, los planes y las actividades de esta nueva y prometedora generación, que despunta en el seno de la iglesia.
En nuestra historia denominacional los jóvenes tuvieron una participación relevante y cuando se precipiten los eventos finales, “muchos de estos niños y jóvenes asombrarán a la gente por su testimonio de la verdad, que darán con sencillez, pero con espíritu y poder”.
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