Por Ramón Zabala
El dictamen de tres meses de coerción para ocho ex-policías encontrados culpables de asesinatos y asociación con el narcotráfico por parte del Juez Alexis Rodríguez es un claro indicio que no todo está perdido en la lucha contra la delincuencia, el narcotráfico y la infiltración de estos males en los organismos de poderes públicos, civiles y militares desde la actitud asumida por el Jefe de la Policía Nacional Mayor General Guillermo Guzmán Fermín, la responsabilidad de la comisión de oficiales y fiscales adjunto que hicieron la pesquisas de lugar y el juez de instrucción que conoció el caso, actuaron con la responsabilidad requerida para que le asesinato de los hermanos José y Rudy Cabrera Peña y de Julio Cesar (El Santiaguero) García Almonte no quede impune.
Los 23 ex-policías absueltos del caso deben entender las circunstancias y asumir una actitud digna después de ser involucrado en la investigación siendo inocentes. El jefe de la policía por su parte esta en el deber de hacer las gestiones de lugar para que los oficiales y alistados inocentes vuelvan a sus funciones, aparte de seguir trabajando para extirpar de las filas de la institución a los individuos que marchan la honra del cuerpo judicial.
La ciudadanía esta apoyando los esfuerzos de los jefes militares del país en la profilaxis para limpiar a estos de antisociales y la solución de este caso demuestra que cuando se quiere se puede.
Ahora falta que el ministerio público y los miembros de la judicatura nacional actúen en el orden y la dirección que demandan la circunstancias.
Los 23 ex-policías absueltos del caso deben entender las circunstancias y asumir una actitud digna después de ser involucrado en la investigación siendo inocentes. El jefe de la policía por su parte esta en el deber de hacer las gestiones de lugar para que los oficiales y alistados inocentes vuelvan a sus funciones, aparte de seguir trabajando para extirpar de las filas de la institución a los individuos que marchan la honra del cuerpo judicial.
La ciudadanía esta apoyando los esfuerzos de los jefes militares del país en la profilaxis para limpiar a estos de antisociales y la solución de este caso demuestra que cuando se quiere se puede.
Ahora falta que el ministerio público y los miembros de la judicatura nacional actúen en el orden y la dirección que demandan la circunstancias.
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