lunes, 30 de noviembre de 2009

ALIMENTO PARA EL ESPÍRITU

Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir (Apocalipsis 3:10)

Por Víctor Cruz

Hace algunos años, una fuerte tormenta se abatió sobre una estación agrícola experimental. Miles de árboles, azotados por la furia de los elementos, cayeron. Eran árboles alimentados artificialmente, y por eso, no tenían raíces profundas. No resistieron los vientos impetuosos.

Algunos confían solamente, en el alimento que reciben en la iglesia, en las lecciones de la Escuela Semanal y en los sermones que oyen. No tienen tiempo para alimentar al espíritu en casa, a solas, a través de la lectura de la Palabra. Estas personas revelan falta de estabilidad en su experiencia cristiana, pues no tienen raíces profundas. Son llevados fácilmente, “por todo viento de doctrina, por estragemas de hombres que para engañar emplean con astucias las artimañas del error” (Efe. 4:14).

Si un israelita dejaba de recoger, en la frescura de la mañana, su parte del maná, rápidamente le faltaban las fuerzas para proseguir la jornada. Así ocurre con nosotros. Tenemos que tomar el Libro Sagrado y en sus páginas fortalecer constantemente al espíritu. No podemos alimentarnos meramente de sentimientos y experiencias pasadas. Necesitamos nutrir la fe mediante la lectura sistemática de la Palabra.

Si deseamos ardientemente progresar en la experiencia cristiana, prosperar espiritualmente y cultivar una familiaridad personal con Cristo, debemos juntar el maná que cae con las gotas del rocío, y alimentar al corazón.

Muy pronto se desencadenará sobre el pueblo de Dios, una gran tormenta. Únicamente los que fortalezcan el espíritu con las verdades de las Escrituras resistirán, “la hora de prueba que ha de venir sobre el mundo”.

“Muchos conocen tan poco el contenido de sus Biblias, que no están firmes en la fe. Quitan los hitos antiguos y como resultados son llevados de un lugar a otro por vientos de doctrinas y errores”.

Que oportuna, es la exhortación del profeta Isaías: “Inquirid en el libro de Jehová, y leed” (Isa.34:16).

Señores fui a ver al cine, la película “2012”, después de diez (10) años de no visitar una sala de cine, no aprendí nada de nada que Isaías no me hubiese enseñado; pero sigo creyendo en la obra del Creador la más importante de todas es el hombre.

Que te estoy diciendo con esto: que Papa Dios, no destruye a sus hijos, no destruye su obra.

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