FE Y OBRAS

Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostrare mi fe por mis obras. Santiago 2:18

La relación entre la fe y las obras es un tema apasionante, responsable por debates interminables. Hay predicciones que temen hablar sobre este asunto por temor a ser malentendidos. El mismo Lutero, que sacudió la estructura medieval con la proclamación de la salvación por la fe en Cristo, tropezó cuando, estudiando la Epístola de Santiago, se encontró con el versículo seleccionado para nuestra reflexión de hoy. Perplejo ante tensión fe versus obras, el genio de la Reforma calificó a la Epístola de Santiago como epístola “de paja”, sin contenido teológico.

Pero no hay nada más claro en las Escrituras para ser atendido que la relación entre la fe y las obras. Si no, veamos:

La importancia de la Fe
1)Sin fe no podemos salvarnos. “Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto… es don de Dios”.

2) Sin fe no podemos ser justificados. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.

3)Sin fe no podemos agradar a Dios. “Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que él que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.

La importancia de las obras
1)La opinión de Cristo sobre las cosas: “Por sus frutos los conoceréis”.

2)El concepto de Pablo: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

3)La teología de Santiago: “Tu tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras”. Santiago parece hablar de un creyente que dice tener fe en el Señor, pero como no está convencido de lo que él dice (es decir, de que tiene fe), le pide: ¿Quieres mostrarme tu fe? El creyente le responde, sorprendido: ¿Cómo te voy a demostrar la fe, si ella es intangible? Y Santiago le dice: “Pues yo puedo mostrarte mi fe por medio de mis obras”.

“Si bien es cierto que las buenas obras no salvarán ni a una sola persona, sin embargo, es imposible que una sola persona sea salvada sin buenas obras.”