TESOROS DEL PAÍS
Verdaderas joyas caribeñas
“Quisqueya la bella no solo posee bellezas inigualables, tales como playas paradisíacas, hermosos atardeceres, mares maravillosamente indescriptibles y verdes praderas, sino también tiene otros tesoros escondidos dignos de admirarse, como lo son: el ámbar y el larimar. La primera, una resina de árbol endurecida, mientras que la segunda es una piedra en semipreciosa azul que solo puede encontrarse en el país, a 10 kilómetros de la provincia de Barahona.
Verdaderas joyas caribeñas
“Quisqueya la bella no solo posee bellezas inigualables, tales como playas paradisíacas, hermosos atardeceres, mares maravillosamente indescriptibles y verdes praderas, sino también tiene otros tesoros escondidos dignos de admirarse, como lo son: el ámbar y el larimar. La primera, una resina de árbol endurecida, mientras que la segunda es una piedra en semipreciosa azul que solo puede encontrarse en el país, a 10 kilómetros de la provincia de Barahona.
Conocida como la Turquesa Dominicana, el larimar es una joya se utiliza comúnmente para fabricar piezas de bisutería. Gracias al trabajo artesanal de esta piedra, cuyo origen volcánico y data hace millones de años, es que llega a convertirse en un mineral que vale la pena admirar.
El nombre larimar proviene de Laritza (Lari), hija de Miguel Domingo Fuertes Loren, pionero en trabajar esta piedra, quien le agrego la palabra mar.
Por lo tanto, el ámbar, del cual existen solo veinte depósitos alrededor del mundo, se produce como una protección para la corteza de árboles, que luego de transpirar hacia el exterior endurece la resina en sedimentos húmedos y se conserva por varios años. De manera, que la formación del ámbar es otro maravilloso proceso de la naturaleza en el que distintos objetos quedan atrapados dentro de la resinas.
Comercio que incentiva el turismo
La artesanía representa uno de los segmentos con más dinamismo dentro de la economía de un país. Y es que cada pieza de artesanía que un visitante lleva a su lugar de origen, constituye una forma de representación del país, que de una u otra forma da a conocer acerca de su cultura e identidad nacional.
Así, el larimar es mucho más que una simple piedra. Su color verde azulado alude al mar, a la vegetación y al cielo caribeño. Desde las últimas entrañas de las minas de Bahoruco, hasta cuando una persona adquiere una joya elaborada con larimar, el camino que recorre cada pieza se impregna de lo que República Dominicana significa como pueblo que cree en el trabajo tesonero.
Al igual que el larimar, el ámbar dominicano es totalmente apto para llevar un poco de nuestra esencia a tierras extranjeras. Su hermosura resalta a la vista de todo el que lo contemple. Posee una vasta variedad de presentaciones en cuanto a colores, tamaños y formas se refiere. El amarillento y el marrón son los tonos más comunes, otras elegantes presentaciones son en color verde y azul. Larimar Factory y AMBASA, S.A., son dos entidades que avalan la calidad del quilate de los metales utilizados para la fabricación de soportes, así como la autenticidad de las piedras usadas, con miras a garantizar el mayor nivel de los productos.
Preciosas y con múltiples valores
Dentro del ámbar han quedado atrapadas toda clase de inclusiones como gotas de agua, polvo, fragmentos de pequeños seres vivos como plantas, insectos, que van desde gusanos, hormigas, arañas, mosquitos, hasta lagartos, ranas y alacranes. Todos estos elementos añaden, no sólo belleza a una pieza de ámbar, sino también una importante información para los científicos. La naturaleza ha provisto a la ciencia de muestras con gran valor que permiten reconstruir modelos de ecosistemas que datan de mucho tiempo.
Dentro del ámbar han quedado atrapadas toda clase de inclusiones como gotas de agua, polvo, fragmentos de pequeños seres vivos como plantas, insectos, que van desde gusanos, hormigas, arañas, mosquitos, hasta lagartos, ranas y alacranes. Todos estos elementos añaden, no sólo belleza a una pieza de ámbar, sino también una importante información para los científicos. La naturaleza ha provisto a la ciencia de muestras con gran valor que permiten reconstruir modelos de ecosistemas que datan de mucho tiempo.
Por su lado, el larimar forma parte de la familia de los minerales curativos. Entre sus cualidades destaca que armoniza perfectamente con el organismo humano, debido a que incentiva la energía del corazón.
Se le atribuyen también propiedades para regular los sistemas nervioso y hormonal, así como la glándula tiroides. Y como si esto fuera poco, se considera un soporte para la salud y bienestar general debido a que combate la ansiedad y el estrés, aumenta las defensas e incentiva la capacidad comunicativa.
Si desea conocer más acerca de todas las valiosas cualidades que distinguen a estas joyas que el Caribe nos ha regalado, no deje de visitar al Museo de Larimar y el Museo Mundo del Ámbar, en la Zona Colonial de la cuidad de Santo Domingo. Allí encontrará una increíble muestra de singulares piezas en todas sus variedades, formas y presentaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario