“No somos del mismo color político y por eso nos discriminan”
Escribe ROBERTO MOLINA
Cada día es más evidente en Argentina que desde el gobierno nacional se está apoyando incondicionalmente el accionar de las cooperativas de trabajo ilegítimas – como las que se constituyen a través del programa Argentina Trabaja – en detrimento de las entidades similares que se han creado por la voluntad de los propios trabajadores, con el propósito de ganarse el sustento con la aplicación del tradicional principio del esfuerzo propio y la ayuda mutua.
Vale aclarar – una vez más – que desde este medio de difusión no se está en contra de que el gobierno nacional le de trabajo a la gente que no lo tiene y le pague un sueldo. ¡Bienvenido sea ese programa, si soluciona el problema de la falta de trabajo a mucha gente! Lo que no resulta correcto, insistimos, es que a esos grupos laborales se les llame cooperativas, porque no lo son, aunque funcionen con matrícula otorgada por el INAES.
Esto último constituye la irregularidad más evidente que cuenta con la bendición de la propia ministra de Desarrollo Social de la Nación, doctora Alicia Kirchner. El propio Patricio Juan Griffin, presidente del INAES, ha reconocido que se trata de “cooperativas no tradicionales”, según sus propias palabras. Se supone que en algún momento alguien tendrá que responder como responsable de esta “irregularidad ministerialmente autorizada”.
Y a medida que el programa Argentina Trabaja continúa avanzando, creando agrupaciones laborales en distintos lugares del país, aumentan las dificultades para las cooperativas de trabajo legítimamente constituidas, que deben hacer frente paradójicamente a la falta de trabajo…
En efecto, en la provincia de Santa Fe, el presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo de Reconquista, Luis Viganotti, denunció que “por el color político de nuestra provincia, no nos asignan obras. Pero esto no sucede solamente con nosotros. En la misma situación está la gente de las cooperativas de Goya, Córdoba, Santa Cruz y Formosa. Concretamente, no somos del mismo color político y somos discriminados”.
Estas declaraciones las formuló al diario Uno, de la provincia de Santa Fe. Al ser consultado acerca de cómo podía determinar que están siendo discriminados, respondió que “eso es lo que nos han dicho la gente que integra el INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) y funcionarios de segunda línea del gobierno nacional”.
Viganotti manifestó seguidamente que “el gobierno nacional está un poquito distanciado por el color político que tenemos en la provincia de Santa Fe. Hace más de dos años que no tenemos nada del gobierno nacional. Y a quien tenemos que agradecer, es al intendente de Reconquista, Jacinto Speranza”.
El dirigente cooperativista santafesino agregó luego que “nosotros integramos la Confederación Argentina de Cooperativas de Trabajo y de allí tampoco pudimos conseguir absolutamente nada”.
No hay ninguna duda de que la discriminación de las cooperativas de trabajo legítimamente constituidas, existe. Claro, estas entidades creadas por derecha, que cumplimentaron todos los requisitos que establece la Ley de Cooperativas y demás resoluciones vigentes, no forman parte del clientelismo que está armando el gobierno nacional con el programa Argentina Trabaja. Por lo tanto, nada habrán de recibir de esta distribución de fondos.
Mientras tanto, desde la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar) se profundiza el silencio. Ningún dirigente de esa entidad de tercer grado sale a decir absolutamente nada. Por supuesto, ese silencio se mantendrá en el tiempo, teniendo en cuenta que hace tres meses pasó Patricio Juan Griffin por la sede de esa confederación y les dejó a sus directivos un suculento subsidio de 2.500.000 pesos (unos 630.000 dólares).
Y acerca de lo que afirma categóricamente Viganotti, en el sentido de que gente del INAES le ha dicho que son discriminados porque son de un palo político diferente, seguramente José Hernán Orbaiceta no podrá refutar ni una palabra de las expresiones del dirigente santafesino. Es que este señor, que cumple el doble e incompatible rol de funcionario y dirigente, forma parte del grupo de personas que determina a quien se le da trabajo y a quien no.
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