Por: Isabel Franco
El consumo de alcohol en la República Dominicana es una práctica desde la época en que Diego Colón trajo al Nuevo Mundo la caña de azúcar. A partir de entonces se han elaborado diferentes rones con más o menos grado de alcohol , constituyéndose esta en una bebida nacional.
Pero el hecho de que esta sea una de las fuentes de riquezas más grandes en nuestro país no la exime de ser causante de diversos males que afectan a nuestra sociedad actual.
El alcohol es sumamente dañino para la salud y el origen de diversas formas de violencia, que han causado muchas muertes, sin embargo, como ya es un hábito y predomina el amor al dios dinero, poco se escribe al respecto.
EL Ministro de Estado, Secretario de Interior y Policía, doctor Franklin Almeyda Rancier ha elaborado un proyecto de ley para limitar el expendio de bebidas alcohólicas en los llamados colmadones apuntando que la mayoría de los homicidios, tan frecuentes en estos tiempos, se originan en los colmadones.
Este señalamiento que me parece bien acertado y veraz no ha concitado el apoyo de las mayorías como debería ocurrir, porque el amor a los placeres desbocados, a la inconsciencia, al desconocimiento, a la indiferencia, siempre está primero que el orden y la mesura.
La Biblia el único libro que tiene la autoridad, la veracidad, y el poder de cambiar vidas, de ofrecer las reglas fundamentales de la convivencia humana, nos manda a no embriagarnos con vino donde hay disolución de espíritu, y además que estrecho y angosto es el camino que lleva a la salvación.
El estar sujetos a leyes y principios es algo que a la naturaleza pecaminosa del hombre no le agrada, porque con ello entiende que pierde su independencia, y que no puede hacer lo que su inmunda mente le pide.
Estoy segura que muchos han tenido experiencias negativas relativas al consumo del alcohol, que han presenciado accidentes, ocasionados por su consumo, han visto en la prensa los hechos, pero prefieren continuar en esa malvada y abominable práctica.
Consideramos que además de este proyecto de ley para limitar su expendio, también se debe hacer una campaña tendente a educar a la población en general sobre los daños que ocasiona, y sobre todo a los padres que enseñen con el ejemplo.
Hacemos un llamado a la conciencia nacional, para que este proyecto cuente con el apoyo de todos aquellos que se consideren seres pensantes, que quieran tener un país mejor, que deseen verdaderamente que las cosas cambien, que haya mayor seguridad, el cambio vendrá cuando empecemos por cambiar nosotros.
Por último a continuación citamos una parte de los daños que causa la ingestión de bebidas alcohólicas:
El alcohol afecta al organismo disminuyendo muchas de las facultades precisas para la conducción:
- Disminuye el campo visual.
- Perturba el sentido del equilibrio.
- Los movimientos se hacen menos precisos.
- Disminuye la resistencia física.
- Aumenta la fatiga.
- Se perturba la visión; se dificulta la acomodación de la vista a los cambios de luz.
- Se calcula mal la distancia.
- Disminuyen los reflejos.
- Aumenta el tiempo de reacción.
El alcohol produce también unos efectos psicológicos que hacen que, cuando se conduce, no sólo no se sea consciente de la disminución de las facultades sino que se sienta todo lo contrario:
- Hay sentimiento de invulnerabilidad.
- Se subestima el riesgo.
- Se tienen sentimientos de impaciencia y agresividad.
- Está disminuida la capacidad de atención.
Cuando se consume alcohol se producen los siguientes problemas, que se agravan con el aumento de la alcoholemia:
- Dificultad para percibir el color rojo (de frenado, semáforos, señalizaciones de obras).
- Dificultad para acomodar la vista a la luz y a la oscuridad y a los cambios de luz (autopistas, cruces, túneles, etc.)
- Apreciación inexacta/equivocada de las distancias (adelantamientos, entrada en curva, no respetar distancia de seguridad, etc.).
- Disminución del campo visual. La visión normal del ojo humano disminuye, quedando reducido el ángulo del campo visual, por lo que se pierden los estímulos que están en los laterales (cruces).
- Aumento del tiempo de reacción. Aumenta la distancia recorrida desde que el conductor percibe la señal hasta que actúa sobre los mandos del vehículo (al frenar ante un peligro, si se ha bebido, se recorre un 10% más de distancia: esos metros pueden ser mortales).
El riesgo resultante del binomio alcohol-conducción no sólo está en función de la cantidad de alcohol consumida. Influye también:
- La personalidad y el estado de ánimo previo a la ingesta.
- Lo que se espera obtener con el consumo.
- El estado físico y el momento del consumo (en ayunas, comiendo, etc.)
- La tolerancia.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que:
- Los medicamentos ingeridos con alcohol pueden provocar efectos imprevisibles.
- En algunas enfermedades, beber alcohol incapacita totalmente para la conducción.
- Los estados de fatiga, sueño, cansancio, en combinación con el alcohol, aumentan el riesgo de accidentes. En estas situaciones, los estimulantes, las drogas y los medicamentos, no disminuyen el peligro; normalmente lo aumentan.
- La combinación con otras drogas, siempre aumenta el riesgo.
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