IDECOOP EN LA LUCHA CONTRA LA POBREZA, LA DESIGUALDAD Y LA EXCLUSIÓN SOCIAL

Por Víctor Cruz

La lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión o la promoción de la cohesión social, y considerar un desarrollo humano sostenible, constituye una prioridad clave para el Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (IDECOOP) y la administración de Pedro Corporán en este momento donde la crisis generada por sectores no de la economía solidaria han colocado la promoción de la cohesión social en el centro de sus relaciones.

Diálogo fructífero y abierto con la temática de las políticas de cohesión social como un vehículo a la medida de la mitigación de la pobreza para eliminar la discriminación así como el reconocimiento de derechos sociales fundamentales inherentes al hombre.

El objetivo es compartir desde el escenario de la economía solidaria que promueve el estado dominicano a través de IDECOOP y compartir experiencias, promover mejores prácticas y políticas y así contribuir al logro de una sociedad más influida y una mayor igualdad de oportunidades para todos. Creando cooperativas de ahorros, de servicios múltiples en cada barrio, municipio y provincia del país convirtiendo la economía oficial en una economía basada en la cooperación hacia el desarrollo sostenible.

Un desarrollo sostenible basado en la temática del cambio climático, medio ambiente y energía, esa responsabilidad le pertenece a los sectores de ínfimas clases organizados en cooperativas. Trabajar en esta dirección daría resultados extraordinarios a favor de lo que ayer eran hombres y mujeres que no estaban amparados en el marco del Estado Dominicano en las economías tanto oficial como privada fortaleciendo el compromiso de organizaciones estratégicas creando así importantes oportunidades para el dialogo político al más alto nivel, con el fin de mostrar los mayores desafíos de una manera franca, abierta y de evaluar los recientes desarrollos tanto provinciales como municipales.

El IDECOOP está cociente de que tiene que promocionar las pequeñas y medianas empresas que son actores de primera importancia en el desarrollo de una sociedad. Contribuyen de manera única al empleo, a la generación de riqueza y a su distribución de manera capilar a través de la economía solidaria, pero, aun es más pertinente en un país en vías de desarrollo con un nivel intermedio de desarrollo como la República Dominicana, donde, según los estudios de Fondo Micro, estas generan el 26% del PIB. Si se quiere lograr el desarrollo, especialmente el desarrollo sostenible, hay que tener empresas pequeñas y medianas dinámicas.

El IDECOOP debe crear y promover programas específicos para que los ahorros de las cooperativas no vayan a fortalecer la economía privada que de nada ha servido a los pobres en materia de desarrollo. El IDECOOP debe incentivar a las cooperativas para que desarrollen constantemente con fuente potencial de crecimiento invirtiendo en unidades productivas que puedan hacer mover la economía en los barrios marginales y pueblos excluidos del desarrollo y ustedes verán los resultados obtenidos:
1) Se desarrolla el mercado de los servicios de apoyo a las pequeñas empresas.
2) Se reforzaron las agrupaciones de pequeñas empresas y los organismos de apoyo.
3) El ambiente de los negocios es más favorable a las pequeñas empresas.

Su lógica de intervención se expresó en tres ámbitos:
1) Nivel micro de las empresas, con el objetivo de incrementar su competitividad a través del desarrollo del mercado de los servicios de apoyo (principalmente consultoría y formación);
2) Nivel medio de la cooperación entre empresas y de las agrupaciones empresariales, con el objetivo de incrementar la eficiencia de las empresas a través de la cooperación y de los servicios que les presten sus asociaciones;
3) Nivel macro del ambiente de negocios, con el objetivo de fortalecer la capacidad de negociación de las pequeñas empresas y sus organizaciones y estimular el dialogo público-privado en vista de una reforma del sector privado.

¡Ahora soy una empresaria cooperativista!
Mayra vive en un barrio marginal de Santo Domingo. En el pasad, se despertaba a las cuatro de la mañana; cogía un bus hasta Haina; pasaba el día trabajando en una casa ajena (limpiando, planchando…); y regresaba a las 10 de la noche a su casa. Esa era su rutina. Nada de vacaciones apenas un dinero, por no hacer otra cosa más que trabajar. Algunos parientes solían enviarle un dinerito de Estados Unidos para ayudarle a cubrir sus gastos hasta fin de mes.

Mayra siempre soñó con tener un bonito sofá con sus sillas a juego en el salón de su casa pero nunca había podido permitírselo. Un día escuchó en el barrio que cerca de su casa había un taller donde ensenaban a las mujeres interesadas, tapicería, ebanistería y otras actividades creativas. Se apuntó a uno de los cursos, coordinados y financiados por el IDECOOP y la cooperativa del barrio.

“Por lo menos, iba a poder tener esos muebles en mi casa que siempre quise”, pensó cuando inició el curso. Le encantó. Y ahora, con el apoyo de la Cooperativa San Juan Bosco y la Fundación Misión Verde, Mayra y 30 colegas suyas son mujeres de negocios. “En mi barrio, me señalan y murmullan que soy empresaria rica. Eso tiene su lado negativo, ya mis parientes no me mandan dinero de EE. UU. porque oyen que soy una empresaria cooperativista y me va muy bien", afirma riéndose.